Ernest Renán |
Quiero decir que siento predilección por los textos críticos y generosos en razones, antes que por los edificantes, tradicionales y canónigos a los que sobra dogma, leyendas inverosímiles y almidón, e incluso persiguen chantajear al lector echando a los inocentes a los leones. Valoro además muy especialmente todo aquello que es natural, porque todo lo que existe es evidentemente natural, o no existe, y tengo a lo sobrenatural por un entuerto psicológico que nos atormenta, pero no da pan. Por todo eso busqué en el índice del libro algún capítulo que me acercara al nacimiento del Cristo de la historia, o encarnación del sufrimiento humano, y no al Jesús del folklore al que adoran los Reyes Magos vestidos con mantos de armiño y montados sobre lustrosos y elegantes camellos, que no traen a los pobres otra cosa que consuelos y baratijas sin valor. Encontré enseguida la referencia que buscaba, en el capítulo II, página 77, que dice en sus primeras líneas:
Jesús nació en Nazareth, un pueblecito de Galilea que hasta entonces no gozó de celebridad. Durante toda su vida se le conoció como el nazareno, y no es más que por un arcano embarazoso por lo que se le hace nacer a Jesús en Belén.
Después cerré el volumen y anduve merodeando en otros títulos que, sería enjundioso citar. Lo curioso es que por razones nada historicistas, los evangelistas Mateo y Lucas creyeron saber que Jesús nació en Belén: Beth-lehem. Y así había de ser porque tal lugar era la patria chica de David, las profecías lo anticipaban y, es sabido que si los vaticinios no coinciden con la realidad… ¡peor para la realidad! Dado que la familia de Jesús vivía en Nazaret, faltaba dar con un motivo convincente para el nacimiento de Jesús en Belén, pero el evangelista S. Lucas lo encontró. Y si no lo encontró, presumió haberlo encontrado asegurando que el gobernador romano, al que llama equivocadamente Cirino, decretó un censo de la población bajo condiciones insólitas e increíbles: una estúpida orden administrativa que hubiera obligado a todas las familias de Palestina a desplazarse hasta el origen de cada una de las 12 tribus a que pertenecieron sus ancestros 1.000 años atrás, aunque después de tantos siglos lo ignoraran. En definitiva un modelo censal caótico no creíble, que hubiera puesto caprichosamente en movimiento y patas arriba a toda una región, o de extremada peligrosidad para casos como el de María, que tras 9 meses de gestación habría de someterse a la aventura heroica de recorrer 150 kilómetros, en burro, a lo largo de 10 penosos días de viaje y sus frías noches invernales, para volver tras la inscripción en el padrón a sufrir un segundo episodio. Sorprende incluso el despropósito de que lo aceptara un esposo como José, a quien hoy se condenaría por bárbara violencia de género o locura transitoria; y sorprende tanto como pensar que a los romanos preocupaba la pertenencia de los judíos a determinado origen tribal, antes que el hecho práctico del control de la población por razones puramente económicas.
Publio Sulpicio Cirino gobernador de Siria |
En realidad conocer la verdadera historia es un lujo difícil de adquirir, y como ya hemos visto, lo esencial para aquellos biógrafos de Jesús, es que como en repetidos capítulos de su vida se cumplieran las profecías contenidas en La Biblia, con independencia de su historicidad, lo que llenó de estupor en la Modernidad a: mitólogos, racionalistas, arqueólogos, orientalistas, filólogos, historiadores de las religiones y pensadores críticos en general, en el empeño del conocimiento objetivo y asumible de los hechos y, en consecuencia obligados a sostener la idea del nacimiento de Jesús en Nazaret, o algún otro lugar cercano a esta localidad.
Nosotros, y llegados a este punto que apenas subraya las contradicciones, lo dejamos aquí antes de entrar en largas consideraciones y detalles aburridos para el lector porque ya no son ningún misterio, y cualquier cura de pueblo daría hoy por acertados e inteligentes.
¡Felices fiestas, feliz 2015, y que la suerte piense en quienes la necesitan!
¿Que mas te da si nacio en Belen o en otro sitio?. Lo importante es que este acontencimiento te sirva en tu vida o no.
ResponderEliminarJuan Cárceles García
Juan: Siempre sirve saber. Incluso la consideración que el Eclesiastés tiene de la sabiduría, es interesante, aunque se resuma así: SABER PARA SUFRIR.
ResponderEliminarInteresante anecdotario sobre uno de los individuos más indocumentados de la historia. Es como si creyéramos a pié juntillas los poemas de Homero. El relato no solo es interesante y oportuno, sino que aporta originalidad en la web.
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